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viernes, 24 de febrero de 2012

Públicamente

El cierre del diario Público en su edición de quiosco es algo que todo el mundo esperaba, pero que ha pillado a la mayoría por sorpresa. Como en todo acontecimiento con cierto relieve, Twitter se ha hecho eco. Y, como en cada acontecimiento con cierto relieve, se oyen voces en todas direcciones. Unos, lamentando la pérdida de lo que consideran un diario clave para la pluralidad. Otros, no lamentando tanto la caída de lo que consideran un panfleto radical.

Voy a decirlo claramente: creo que he comprado la edición en papel de Público dos veces, en todos los años que lleva distribuyéndose cada día. Aunque sí miro su web. No a diario, ya que no es el tipo de medios por los que me suelo mantener informado; más bien de vez en cuando. Pero esta entrada no es para expresar mi pena. Y no me entendáis mal, me da pena que en los tiempos que corren cierre un medio que daba trabajo a tantas personas, pero no es ese mi objetivo.

Lo que me ha traído aquí es un comentario aleatorio entre la multitud desplegada en the Internets. Porque me he dado cuenta de algo: en una sociedad aletargada (al parecer cada vez menos, por suerte), la conducta que dicta norma es la de no hacer ruido. Pasar desapercibido y adoptar una postura políticamente correcta, que no te comprometa, parece ser la virtud. Alguien mucho más listo que yo me dijo hace muchos años que lo más importante para formarse una opinión política honesta es dejar a un lado las siglas y centrarse en las ideas. Hoy tengo la triste sensación de que cada vez se confunde con mayor facilidad el radicalismo, el fanatismo y el sectarismo con el posicionamiento, la asertividad y opinar con la cabeza alta. Creo que es un grave error.

Las personas con pensamientos más conservadores han estado muchos años en una posición en la que identificarse a uno mismo como «de derechas» era motivo suficiente para ser tachado de fascista. Personalmente, no me considero en absoluto entre la gente que piensa de este modo, de derechas, pero tampoco entre los que emiten juicios de esa forma; me parece equivocado. De cualquier forma, curiosamente, esta naturaleza humana nuestra hace que no aprendamos de los errores, repitiendo la jugada a la inversa. Ahora, cualquier manifestación que defienda un postulado izquierdista es clasificado inmediatamente de radical; las manifestaciones las hacen radicales, las protestas las hacen radicales, los estudiantes son todos unos comunistas; los trabajadores en huelga, unos antisistema. Y Público es un diario sectario.

Pues no.

Habrá a quien no le guste o no considere que Público es un diario de izquierdas. Seamos serios: lo es. Lo cual me parece no sólo estupendo, sino necesario. Seamos serios vol. II: la prensa es así. Necesariamente, hay prensa de izquierda y de derecha (no exclusivamente, claro, pero están ahí de forma innegable). Por el motivo que sea. No pretendo elaborar un análisis de los mass media, sino dar mi opinión sobre un hecho. Y mi opinión es que ante publicaciones claramente conservadoras, defensoras y que apoyan políticas del siglo pasado, son necesarias alternativas que sirvan de contrapartida. Este periódico era una de ellas, haciéndolo como yo creo que debe defenderse una postura: posicionándose, siendo fiel a unas ideas y no achicándose. Hoy en día, quizá desde hace más tiempo del que creemos, es necesaria una izquierda que sea clara, no ambigua, no de boquilla. Y se necesitan medios que den voz a esas ideas.

Que sí, que ahora me diréis que si muy de izquierda pero modelo de gestión capitalista; que los de izquierda también son unos corruptos; que muchas propuestas actuales de derecha son más progresistas que las tomadas por gobiernos anteriores «más de izquierdas»... Whatever. Si has podido llegar hasta este punto de la entrada y lo que piensas está en la línea de cosas que acabo de nombrar, es que no has entendido nada. Te invito a reflexionar de nuevo y, por mi parte, disculpas si no me he explicado claridad.



2 comentarios:

  1. Como el agua, pero se te ha olvidado algo que sí tiene mucha importancia: tenía una sección de Ciencias que era la envidia de los demás. Lástima.

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  2. Cierto. Pero no me preocupa demasiado porque es una de las secciones que, en la web, precisamente más puede ganar, yo creo.

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