La tienda de ultramarinos de mi barrio la regenta una pareja. Muy majos los dos, muy atentos. Pero hay algo, especialmente en ella, que me da un no sé qué... Y es que es extremadamente polite.
Entiendo, y agradezco, la verdad, la cortesía, la amabilidad y el saber estar de un dependiente; así intentaba atender yo cuando era camarero, y así espero que se atienda a cualquier persona. Pero una cosa es ser amable, educado, y otra es pasarse. Quizá suene raro, pero yo lo pienso y siento así.
Es decir, yo creo que a una persona joven que compra en tu tienda prácticamente todos los días, no es necesario recibirle con un «buenas tardes joven, si desea alguna cosa no dude en decírmelo, estoy aquí para atenderle» ni despedirle con «muchas gracias, caballero. Que tenga usted una fantástica tarde y muchas gracias por venir. Vuelva cuando quiera, aquí estaremos». Es un poco raro.
Yo me considero una persona educada. Así me lo transmitieron mis padres y así entiendo que una persona debe comportarse con gente que no conoce y que le atiende. Pero del mismo modo que he aprendido cómo de condescendiente puede ser pasarse de agradecido, empiezo a sospechar que puede ser también algo condescendiente el pasarse de amable.
Todo lo que varía con respecto a lo que han sido nuestras costumbres y enseñanzas siempre nos extraña e incluso puede llegar a molestar.
ResponderEliminarEl otro día, dando vueltas al parque ribalta me tocó saludar 3 veces al mismo tío. La primera vez es normal: "- ey que tal? + nada, por aquí corriendo - yo hoy voy a ir lentito + venga hasta luego". ¿Realmente hace falta que las otras veces que vaya corriendo te tenga que decir "ey!" cada vez que nos cruzamos?
Yo, que me considero bastante extrovertido, aún no le tengo cogido el punto a la gente tímida. Tímida en cuanto a que no saben relacionarse socialmente. No saben conversar en grupo, no saben hacer valer sus ideas o necesidades, etc. El típico que piensas, en tu casa ¿aún te hacen el avioncito para que comas?